El Ministerio de Desarrollo Humano acondicionó la Colonia Santa Catalina para que los niños, niñas y adolescentes que se encuentran alojados en los dispositivos de cuidado residencial dependientes de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia puedan sentirse cómodos y les permita poder disfrutar al máximo su estadía.

La ministra de Desarrollo Humano, Liliana Montero, recibió a los chicos, conversó con ellos y realizó una caminata hasta el río en donde disfrutaron del agua y la risa compartida. Cada uno recibió un bolso tipo marinero con malla, gorra, toalla y botella.

El día fue especial, no solo para los 14 niños y adolescentes que están alojados en la Residencia Baigorrí, sino también para el equipo que acompañó a la ministra en dejar a punto la colonia. En tiempo récord pintaron, cortaron el pasto, compraron colchones, sábanas, frazadas y todo lo necesario para que los primeros en inaugurar este espacio tuvieran todas las comodidades necesarias.

A propósito, Liliana Montero dijo que “acompañar a los primeros chicos, que en este verano, vienen a la Colonia Santa Catalina a pasar unos días, es una alegría enorme, porque nos permite compartir con ellos la felicidad de estar en este lugar maravilloso, rodeados de naturaleza”. Recordó que en pocos días pusieron en condiciones las instalaciones para que “la estadía sea de verdadero disfrute”.

La funcionaria remarcó que el gobernador Martín Llaryora “una y otra vez nos dice que gestionar para los más vulnerables es prioridad. En eso estamos, pues los chicos y chicas que vienen a este lugar están bajo el cuidado del Estado ante la ausencia de cuidados parentales”.

Acompañaron a la ministra, la secretaria de Coordinación y Fortalecimiento Familiar, Eugenia Pomazan; la responsable de la Colonia, Celina Dreoshi; y el director de la Residencia Baigorrí, Ricardo Barco.

Los chicos luego de estudiar para finalizar sus estudios “tienen sus merecidas vacaciones y el derecho a la recreación”, indicó el director de Baigorrí. “Leyeron sobre la estancia y la historia de los jesuitas en internet y ahora recorren sus lugares cargados de historia”, manifestó Barco.

Claudia es la cocinera de la residencia, hoy les preparó milanesas a la napolitana con arroz, el menú es supervisado por nutricionistas y contempla pizzas, pollo, guiso, ensaladas y coronan la despedida con un exquisito asado.

El predio tiene 11 hectáreas, está a 660 metros de una ruina jesuítica y otro tanto de la Estancia.

Está previsto que visiten la Colonia de Santa Catalina las 16 residencias pertenecientes al Ministerio de Desarrollo Humano durante enero y febrero. Para la responsable de Santa Catalina es un deseo de larga data poder recibir a más de 200 chicas y chicos en las mejores condiciones que se pueda: “Es la primera vez en 17 años que siento que es el comienzo de algo nuevo”.

Antes de despedir al equipo del ministerio, Brandan, de 17 años, dijo que aprovecha al máximo la naturaleza y que los años transcurridos en la residencia le permitieron perder miedo, adquirir seguridad en él mismo y sobre todo “darle más sentido a mi vida”.