Para promover y favorecer el buen trato y los vínculos respetuosos en cada una de las relaciones, es fundamental garantizar formas cuidadosas al interactuar y comunicarse en todos los ámbitos de la vida cotidiana: íntimo, familiar, social, laboral, etc.

Muchas veces resulta más fácil observar los comportamientos y reacciones de otras personas y se pierde de vista el propio registro. En este sentido, te proponemos reflexionar sobre tu autopercepción en relación a los vínculos cotidianos y el buen trato en tu ámbito de trabajo.

1. Autoconocimiento y autocomprensión: es la capacidad de conocer nuestras emociones, limitaciones, cualidades, pasiones, motivaciones y problemas. Desarrollar potencialidades y habilidades emocionales y cognitivas tiene que ver con todas las acciones que llevamos adelante para conocernos, que permiten el crecimiento personal y el desarrollo de habilidades sociales como herramientas para la convivencia.
2. Empatía: entendida como la capacidad para comprender las emociones propias y ajenas, ponerse en los zapatos de la otra persona y brindarle apoyo en las situaciones que esté atravesando.
3. Regulación de las emociones: implica conocer y comprender las emociones (puntos anteriores) para predecirlas y manejar la experiencia emocional cuando sea necesario. Poder atenderlas nos permite no reaccionar de modo impulsivo, valorar alternativas de comportamientos asociados y comunicar nuestras necesidades.
4. Comunicación efectiva: involucra el diálogo como promotor de la retroalimentación, la escucha asertiva y la pregunta. Actitudes como consultar a cada persona cómo quiere ser llamada, atender a la comunicación verbal y no verbal, entre otras, la favorecen.
5. Resolución pacífica de conflictos: considera que el conflicto es motor de cambio y que abordarlo en fases tempranas de modo creativo y práctico implica que todas las partes se involucren y cooperen para su resolución. Algunas de sus dimensiones son la cultura del diálogo, la búsqueda de armonización, la convivencia democrática y la eliminación de prejuicios, entre otras.
6. Trato digno y respetuoso: reconoce a todas las personas como libres e iguales sin distinción alguna de color, sexo, origen, religión, etc., en pleno goce de los derechos. Implica entablar vínculos empáticos, respetuosos y dignos, libres de discriminación, prepotencia, violencias o maltrato. Las prácticas y actitudes promotoras de paz, dan lugar al respeto y la responsabilidad hacia sí mismo/a y hacia las otras personas.