Realizar ejercicios de estiramiento y movimiento durante la jornada laboral nos ayuda a mantener y mejorar nuestra condición física general, así como prevenir posibles molestias y dolores debido tanto a posturas estáticas durante largos periodos de tiempo como por acciones repetitivas.

Así, una práctica regular actúa de manera preventiva, curativa y paliativa sobre nuestra salud. Para lograrlo, la actividad tiene que ser agradable, global, periódica, progresiva y controlada, y no sobrecargar los músculos a fin de evitar lesiones.

Nuestro cuerpo debe soportar la acción de la gravedad, su propio peso y las tensiones a las que lo sometemos durante nuestra labor diaria; lo que nos puede provocar alteraciones en la postura. A las horas de trabajo en posiciones incorrectas, se le suman los efectos de las tareas domésticas —barrer, planchar, hacer la cama, cargar con las compras, entre otras—, que solemos hacer en posturas inadecuadas y que suelen provocar alteraciones musculares o articulares.

Por esto, junto a este artículo podés encontrar videos con actividades de movilidad, estiramientos, tonificación muscular o ejercicios aeróbicos de baja intensidad, que te van a permitir desconectar de la tensión propia de la tarea laboral, combatir el sedentarismo y reactivar tu cuerpo, mediante la circulación sanguínea en todos los músculos.

Te recomendamos que, por cada dos horas laborales, te tomes de cinco a 10 minutos de descanso, tanto visual como mental, y, además, dos a tres veces por semana, realices actividades de mayor intensidad de 30 a 45 minutos.

Entre los beneficios de la actividad física, podemos encontrar los siguientes.

• Colabora en la disminución del estrés laboral.
• El cambio de postura y rutina libera tensiones articulares y musculares.
• Estimula y favorece la circulación sanguínea en todo el cuerpo.
• Mejora considerablemente la postura corporal.
• Favorece notablemente la autoestima y la capacidad de concentración.
• Disminuye riesgo de padecer dolencias y lesiones