El 12 de noviembre de cada año se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Obesidad instituido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tiene por objetivo informar y sensibilizar a la población sobre la necesidad de la adopción de medidas para prevenir y tratar el sobrepeso y la obesidad.

En Argentina el 61,6 % de las personas tienen exceso de peso (36,2 % tienen sobrepeso y 25,4 % obesidad) de acuerdo a la última Encuesta de Factores de Riesgo del INDEC (2018).

Tanto el sobrepeso como la obesidad están relacionados con el índice de masa corporal (IMC), indicador que la OMS utiliza para relación entre el peso y la talla. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m²). Cuando dicho valor es igual o superior a 25, se considera sobrepeso, y cuando dicho valor es igual o superior a 30, es obesidad.

La obesidad es una enfermedad crónica, considerada por la OMS como la epidemia del siglo XXI y se asocia a múltiples complicaciones de salud.

Frente a esta realidad, el Día Mundial de la Lucha contra la Obesidad brinda la oportunidad de comunicar que esta enfermedad puede ser prevenida y controlada mediante políticas integrales de salud pública, pero que también cada persona tiene en sus manos la posibilidad de ser protagonista de sus propios procesos de salud.

La incorporación de hábitos saludables en el plano individual y familiar es clave. Entre las acciones más importantes que puede realizar cada persona están:

• Comer saludablemente, siguiendo los mensajes de las Guías Alimentarias para la población argentina (GAPA). Con mínimos cambios, se logran grandes resultados. Te invitamos a que te animes, por ejemplo, a dejar la gaseosa solo para una ocasión especial y no para todos los días, a aumentar los vasos de agua que tomás diariamente. También, dedicate tiempo para desayunar con tranquilidad, realizá todas las comidas así evitás el picoteo, servite una sola vez la porción que vayas a comer. A fin de incorporar los nutrientes necesarios, incluí varias veces al día frutas y verduras. Como parte de una alimentación saludable, es importante que se pueda diferenciar entre el hambre real del emocional, así se evita canalizar las emociones a través de la comida.

• Hacer actividad física frecuentemente (un promedio de 30 minutos por día). Los beneficios de realizar actividad física son, entre otros, que ayuda a prevenir la osteoporosis (mantiene la densidad ósea), las enfermedades cardiovasculares, mantiene en valores estables la presión arterial, la reducción de grasa abdominal, aumenta la capacidad respiratoria. Además, contribuye, a nivel psicológico, a mejorar la autoestima, controlar la ansiedad, tener una imagen corporal positiva. Es importante que consideres que, para comenzar la actividad física, lo hagas de manera progresiva teniendo en cuenta en tipo de actividad, duración, intensidad, progresión, etc. En estos casos, deberías empezar con pequeños cambios de hábitos diarios tan sencillos como:
  • • • Incorporar más instancias de caminatas o bicicleteadas como medios de movilidad.
      • Subir por las escaleras en lugar de por el ascensor.
      • Procurar que el tiempo libre sea de ocio saludable y en movimiento, en vez de quedarte en el sillón.
      • Dejar el cigarrillo, ya que fumar está asociado con muchas enfermedades. A largo plazo será muy beneficioso para la salud.

De este modo, es posible ir incrementando de manera progresiva la actividad física diaria hasta transformar estas rutinas en hábitos saludables que te acompañen a largo y de manera permanente.