RESPIRACIÓN Y MOVIMIENTO

– Sentate en la parte delantera de la silla, sin apoyar la espalda, con la columna erguida; las manos sobre las piernas, manteniendo tus hombros relajados… Cerrá los ojos.

– Comenzá a hacer respiraciones lentas y profundas, inhalando y exhalando suavemente por nariz.

– En la próxima exhalación, incliná tu cabeza hacia un lado, intentando acercar la oreja al hombro. Dejá caer todo el peso de la cabeza mientras mantenés los hombros bajos y relajados.

– Inhalá, volviendo al centro y exhalá, inclinando la cabeza hacia el otro lado. Hacelo una vez más a cada lado. Los movimientos son lentos, acompañan el ritmo de la respiración.

– Quedate en el centro, inhalá y al exhalar llevá tu mentón al pecho y, lentamente, girá la cabeza hacia el costado derecho, mirando por sobre el hombro…  Y desde esa posición, dejá caer la cabeza hacia delante, como un péndulo dibujando un semicírculo que te lleve hacia el hombro izquierdo. Inhalá cuando estés en el hombro y exhalá volviendo hacia el otro lado… Hacelo una vez más.

– Volvé al centro. Seguí respirando así mientras ya notás el alivio en el cuello.

– Ahora comenzá a movilizar hombros, siempre siguiendo el ritmo de tu respiración, sin apurarte. Hacé círculos lentos hacia atrás, inhalá cuando vas arriba y atrás y exhalá cuando vas abajo… Un círculo más…, y detené el movimiento… Ahora hacia adelante, inhalá llevando los hombros hacia arriba y exhalá llevando los hombros hacia abajo… Una vez más.

– Quedate en la posición inicial, hacé algunas respiraciones… Inhalá y al exhalar girá el tronco hacia un lado. Podés anclar tus manos en el borde de la silla para profundizar el estiramiento. Volvé al centro inhalando y exhalá girando hacia el otro lado. Volvé al centro y repetí una vez más a cada lado.

– Ahora vas a movilizar piernas, podés tomarte del borde de la silla… Inhalá y llevá la rodilla derecha hacia arriba y exhalá al bajar. Ahora con la otra pierna: inhalá proyectando rodilla al cielo, exhalá bajando rodilla… Una vez más con cada pierna.

– Por último, estirá una pierna hacia adelante para movilizar tus tobillos, en círculos hacia un lado y luego hacia el otro. Cambiá de pierna y movilizá el otro tobillo hacia un lado y hacia el otro.

– Volvé a la posición inicial en la silla y conectá con la calma que siente tu cuerpo al moverse al ritmo de tu respiración. Inhalá profundamente por nariz y exhalá larguísimo por boca… Una vez más inhalá y exhalá.

– A tu tiempo, cuando te sientas preparado/a, podés abrir los ojos.