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PROGRAMA ENTORNO LABORAL SALUDABLE

Ejercicios de respiración

Pausa activa de respiración II

PREPARACIÓN
Sentate en una posición cómoda, manteniendo los pies en el suelo. Apoyá las manos sobre las piernas, mantené la columna erguida, relajá los hombros y el cuello. Cerrá los ojos.

EJERCICIO
– Hacé la respiración completamente nasal, permitiendo que el aire ingrese y egrese suavemente. Dejá que la respiración simplemente suceda.
– No aprietes los párpados; suavizá la frente y el entrecejo. Relajá la mandíbula, separando ligeramente los dientes y muelas. Dejá la lengua reposar en el paladar.
– Volvé la atención a la respiración, comenzá a hacerla cada vez más lenta, sin esforzarte.
– Sentí cuando el aire ingresa por tus fosas nasales y recorré tu cuerpo hasta llegar a los pulmones. Los pulmones se expanden, se llenan de aire, de oxígeno y, al exalar, el aire sube haciendo el camino inverso, hasta salir, suavemente, por la nariz.
– Seguí respirando así, sintiendo el recorrido del aire y el movimiento de tu cuerpo: un movimiento suave, que es como un masaje para tus órganos.
– Disfrutá este momento de calma con vos mismo, con vos misma.
– Volvé la atención a tu cuerpo, a la postura en la silla, normalizá la respiración, dejá que fluya.
– Toma aire profundo, exhalá suavemente por boca. Una vez más, exhala y soltá.
– Y de a poco, podés comenzar a movilizarte y abrir los ojos.

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